sábado, 13 de abril de 2013

Nikkeijin, la diáspora japonesa.

Aunque existen evidencias de la presencia de migrantes japoneses en diversos lugares del mundo desde mucho antes, la mayor parte de los nikkeijin (en singular nikkei, aproximadamente traducible  por "japoneses de ultramar") son descendientes de japoneses salidos de su tierra natal a partir del inicio de la Restauración Meiji en 1867. Desde la década de 1630 hasta el año 1853, la política de relaciones internacionales de Japón bajo el mando del shogunato Tokugawa seguía el principio del Sakoku (literalmente "país cerrado"), por el que no se permitía la salida del archipiélago japonés a sus habitantes (ni el retorno de los que habían emigrado). Las relaciones internacionales estaban también muy limitadas y eran cuidadosamente vigiladas por el shogunato.

La firma del Tratado de Kanagawa en 1853 (un primer tratado de amistad con EE.UU.) y el fin del shogunato en 1867 marcan el inicio de un cambio radical en la política exterior nipona, que se consolidará a partir de 1885, cuando el gobierno comience a promover activamente la emigración como solución a los problemas de superpoblación del archipiélago, creando tendencias migratorias que pervivirían incluso cuando la iniciativa privada llegó a superar en importancia a las políticas gubernamentales. Estos migrantes (mayoritariamente hombres) salieron de Japón con intención de labrarse un futuro en las colonias del Imperio Japonés o en el continente americano y terminaron asentándose con la llegada de sus esposas y el nacimiento de una nueva generación de japoneses en el extranjero.

La Gran Guerra

El periodo más oscuro de la historia de los nikkeijin es sin duda alguna el de la Segunda Guerra Mundial. La participación de Japón en la guerra a partir del ataque a Pearl Harbor convirtió a los descendientes de japoneses en indeseables en EE.UU. y sus países aliados, a pesar de que buena parte de la población nikkeijin no apoyaba los esfuerzos bélicos de su país de origen. Se estima que 120.000 estadounidenses de origen japonés fueron internados en campos de concentración (aunque el uso del término sigue siendo objeto de discusión entre los historiadores). Otros países, como Perú, expulsaron a gran parte de su población de origen japonés, que fue internada en estos mismos campos. La inmensa mayoría no regresaron.



Familia japonesa esperando al autobús al campo de detención. Hayward, California, 1942.
Fuente: National Archives (http://www.archives.gov)


Los nikkeijin hoy

Los nikkeijin son a día de hoy una realidad cultural y social consolidada, caracterizada por la adaptación a sus países de acogida. Una definición inclusiva del fenómeno engloba a los migrantes de primera generación (issei) dentro de dicho fenómeno, aunque los nikkei son básicamente los pobladores de origen japonés de segunda, tercera y cuarta generacion (nisei, sansei y yonsei respectivamente). El gobierno japonés realiza un importante esfuerzo por mantener un contacto permanente con las comunidades nikkeijin y, a raíz de la inestabilidad económica latinoamericana de los años 80 y de la actual crisis económica, ha implementado políticas que facilitan la migración de retorno. La compleja identidad cultural de los nikkeijin supone un punto de fricción en una sociedad tan recelosa del concepto de "el otro" como la japonesa, tal vez forzada por los hijos y nietos de su diáspora a un cambio de paradigma que haga de Japón una sociedad multiétnica.


Japoneses por el mundo

La mayor parte de los emigrantes salidos de Japón con autorización gubernamental entre 1868 y 1942 lo hicieron en dirección a las por aquel entonces colonias japonesas (como Corea o Taiwán) o a Manchuria, entre otras áreas dominadas por Japón. Estos emigrantes corrieron muy diversa suerte, pero muchos (especialmente los establecidos en Manchuria) terminaron volviendo a su país de origen a medida que la soberanía japonesa desaparecía de dichos territorios. Al término de la Segunda Guerra Mundial, a partir de 1945, los flujos migratorios se reestablecieron, siendo Estados Unidos y Brasil los principales destinos de los japoneses emigrados (una tendencia ya presente en la época anterior al conflicto bélico, aunque aparecía enmascarada por la afluencia de población a los dominios del Japón Imperial). Debido al retorno masivo de población de las colonias, serán los japoneses asentadoes en estos países y sus descendientes quienes formen el grueso de la actual población nikkeijin. Según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores japoneses, casi cuatro quintas partes de la población de origen japonés en el mundo se encuentra repartida entre Brasil y EE.UU. (1.400.000 y 1.200.000 nikkeijin respectivamente, según estimaciones realizadas en 2008). Filipinas y China acogen a la inmensa mayoría de descendientes de japoneses radicados en Asia.

Estos datos no reflejan necesariamente la importancia histórica o social de estas comunidades. Tal es así en el caso de países como Corea del Sur, cuya población nikkeijin arrastra una de las historias más azarosas de la diáspora nipona. Hay que aclarar además que los datos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón tienden a incluir a los ciudadanos japoneses residentes en el extranjero, aún cuando su presencia no se adscribe necesariamente al fenómeno de los nikkeijin, sobredimensionando así la presencia japonesa en algunos países europeos como el Reino Unido, cuya población de origen japonés consiste fundamentalmente en expatriados y residentes temporales de muy reciente asentamiento.



 Postal antigua del vapor japonés Kasato-Maru atracado en el puerto de Santos.



A continuación realizaremos un breve repaso a algunos de los principales lugares de asentamiento de emigrantes japoneses, con especial atención al continente americano, ya que la población de origen japonés allí asentada es la que más claramente corresponde al concepto de nikkei que estamos tratando. Algunos asentamientos de especial interés serán tratados brevemente dado su carácter excepcional.


Población de origen japonés en Brasil.


El primer gran contingente de migrantes japoneses llegó a Brasil en el año 1908 a bordo del vapor Kasato-Maru, con intención de enriquecerse rápidamente con el trabajo en las plantaciones de café en torno a São Paulo y regresar a su país. La situación que encontraron fue más dura de lo previsto, con condiciones higiénicas y laborales paupérrimas. La única solución para mejorar su situación era organizarse en asociaciones y cooperativas, además de ir comprando pequeñas parcelas que pudieran explotar como propietarios. La prohibición de entrada a EE.UU. a partir de 1924 y un empeoramiento en las condiciones de vida en el Japón rural desde 1917 convierten a Brasil en el principal destino americano de la migración japonesa. Más de la mitad de los japoneses emigrados a Brasil antes de la Segunda Guerra Mundial entrarán en Brasil entre los años 1928 y 1935.

Brasil comienza a restringir la entrada de trabajadores extranjeros en 1934, lo que unido al conflicto bélico paraliza casi por completo la migración japonesa a este país. A partir de 1950 se recupera el contacto entre ambos países y cambia radicalmente el perfil de los nikkeijin brasileños, que dejan de ser simple mano de obra barata y adquieren acceso a la educación. A partir de la década de los 60, muchas familias de origen japonés administran sus propios negocios y la convivencia entre los nikkeijin y lotros brasileños se estrecha hasta tal punto que los matrimonios multiétnicos son algo común en la década de los 70. A día de hoy, Brasil acoje la mayor (y seguramente la más integrada) comunidad de nikkeijin del mundo.

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Lovefoxxx (en el centro), la cantante del grupo CSS (Cansei de Ser Sexy) es brasileña de origen (parcialmente) japonés.


Población de origen japonés en EE.UU.

Como primer país en establecer una relación diplomática fluida con el Japón de la Era Meiji, Estados Unidos se convirtió en el principal destino de los emigrantes japoneses fuera de los dominios imperiales. Entre los años 1895 y 1924 cerca de 200.000 japoneses emigraron al archipiélago de Hawai'i (como trabajadores en las plantaciones de caña de azucar y piñas) y 180.000 a los EE.UU. continentales, concentrándose especialmente en la costa occidental, en muchas de cuyas grandes ciudades comenzaron a aparecer los llamados japantowns. La composición poblacional de los nikkeijin estadounidenses fue variando a lo largo de este periodo, ya que a partir de 1907 EE.UU. dejó de permitir la entrada a trabajadores japoneses, limitando el flujo migratorio a las familias de los nikkeijin ya establecidos en el país. En el año 1924, EE.UU. cerró sus fronteras al flujo migratorio japonés.

Las duras leyes estadounidenses de naturalización dificultaban enormente la integración de los japoneses y sus hijos. Esta situación se hará aún más difícil con la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial, que llevará a las autoridades estadounidenses a internar a 120.000 nikkeijin establecidos en California, Oregón, Washington y Arizona en campos temporales de detención. Esta política da una idea de hasta qué punto se había instalado un sentimiento antijaponés en EE.UU. y del calado institucional que había logrado. A pesar de ello, muchos nisei demostraron su compromiso con el país en el que habían nacido sirviendo con honores en las fuerzas armadas. La participación de estos nikkei de segunda generación fue fundamental para derribar las barreras raciales existentes y lograr avances en las políticas de naturalización (que cambiaron a partir de 1954). En Hawai'i, el colectivo de veteranos de guerra nikkeijin se convirtió en una fuerza política de primer orden, con un papel destacado en la declaración del archipiélago como estado de la Unión.

En la actualidad, el colectivo nikkeijin estadounidense es el segundo más importante del mundo y sus integrantes se concentran fundamentalmente en los estados costeros occidentales y en Hawai'i, donde suponen casi una quinta parte de la población según el censo americano del año 2000. Las escuelas japonesas fundadas por los primeros japoneses llegados al archipiélago conservan una gran importancia cultural.


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 Imagen de portada de la página en Facebook del Nisei Veterans Memorial Center.


Población de origen japonés en otros países americanos.

Además de Brasil y EE.UU., otros países americanos acogen importantes comunidades nikkeijin, como es el caso de Canadá, México, Perú, Argentina o Bolivia. La historia de estas comunidades es similar a la ya detallada para dichos países: una primera oleada migratoria empleada como mano de obra barata, un parón de los flujos durante la Segunda Guerra Mundial y una nueva oleada bajo mejores condiciones sociales y de asimilación y de carácter marcadamente más urbano. Tanto México como Canadá siguieron políticas similares a las de EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial, con relocalizaciones forzosas e internamientos en campos de detención en el caso canadiense. Gran parte de los nikkeijin peruanos fueron forzados a desplazarse a campos de detención estadounidenses y sólo se permitió regresar a Perú a una pequeña parte de ellos. Otros países, como Argentina, permanecieron neutrales durante parte del conflicto, lo que mitigó el impacto en la población de origen japonés. La mejora en la integración y la movilidad social del colectivo nikkeijin a partir de los años 60 ha sido espectacular, con ejemplos tan destacables como el del ex-presidente peruano Alberto Fujimori.

 
Alberto Fujimori, también conocido en Perú con el sobrenombre de "El Chino" Fujimori.


Otros conjuntos de población de origen japonés

La población de origen japonés en Corea del Norte es de interés por las peculiares circunstancias que han llevado a su conformación. Esta población tiene un cuádruple origen: prisioneros de guerra japoneses procedentes de la antigua unión soviética, japoneses emigrados a Corea acompañando a cónyuges japoneses de origen coreano, asilados políticos de extrema izquierda y ciudadanos japoneses secuestrados por el gobierno norcoreano. Gran parte de los ciudadanos coreanos retornados desde Japón son en realidad originarios de Corea del Sur, acogidos a una política de retorno diseñada por los gobiernos de Corea del Norte y Japón a mediados de los años 50, que supuso una inyección de población para el régimen de Corea del Norte y una oportunidad para Japón de librarse de más de 90.000 "extranjeros".

Otros grandes conjuntos de descendientes de japoneses incluyen asentamientos en China y Filipinas, remanentes de la época colonial de Japón. La cercanía geográfica de Filipinas y su importancia para el tráfico marítimo han favorecido un contacto continuado entre los habitantes de estos asentamientos y su país de origen. En cuanto a China, a la presencia japonesa en la región de Manchuria se suman los japoneses expatriados en Hong Kong y Taiwán, mayoritariamente dedicados a los negocios.

La presencia japonesa en Europa corresponde mayoritariamente a estudiantes y expatriados dedicados a los negocios (y acompañados en ocasiones de sus familias). Existe un pequeño número de residentes permanentes, pero el fenómeno no es comparable al de la migración a América. En España residen algunos nikkeijin sudamericanos, desplazados por la mala situación económica y el clima político del continente en los años 70 y 80.

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