domingo, 9 de diciembre de 2012

Black Sabbath, el sonido que surgió de Mordor

La obra de J.R.R. Tolkien (especialmente El Señor de los Anillos) proyecta una larga sombra que llega hasta nuestros días y va más allá de su profundísima huella en la literatura fantástica (concretamente, en el subgénero de la fantasía heroica). Este artículo [en io9.com] detalla diez de las más curiosas. La conexión Tolkien-metal es una de las más claras y, tal vez sorprendentemente, multifacéticas: no son equiparables la apropiación de temas e imágenes tolkienianas que lleva a cabo Robert Plant [youtube.com] (todavía con un pie firmemente plantado en el hippismo), la épica desbordada de unos Blind Guardian [youtube.com] y sucesores o el culto a la oscuridad con base en las mitologías germánicas y escandinavas tan extendido en las escenas nórdicas del metal [youtube.com].

Sin embargo, aunque seguramente no se pueda hablar de una influencia directa en su música (no al menos en sus orígenes, menos épicos y más oscuros que su segunda etapa), sí que existe una cierta conexión subterránea entre Tolkien y un grupo de músicos de poca monta de Birmingham que acabarían siendo uno de los pilares del heavy metal: Black Sabbath.



Para indagar en esta conexión subterránea es imprescindible acudir a la historia personal del autor ede El Señor de los Anillos: Tolkien, que nació en Bloemfontein, Sudáfrica, se trasladó con su madre y su hermano a Inglaterra siendo muy joven. La muerte de su padre obligó a la familia a buscar la ayuda de los abuelos maternos del joven Ronald. El fallecimiento de su madre, cuando Tolkien tenía 12 años, marca el paso a una dura adolescencia de estudio a la sombra de altas y oscuras torres. El propio autor reconoce la inspiración los paisajes de su infancia y adolescencia, incluyendo la profunda transformación sufrida por el entorno de Birmingham y de la que él mismo fue testigo (reflejado en esta cita en el artículo de Wikipedia sobre las influencias de Tolkien, visible aquí en su contexto).

Ciertamente, la industrialización de Inglaterra (en particular la del Black Country, junto al que vivió J.R.R. Tolkien durante buena parte de su infancia) tiene una importancia histórica innegable y ha tenido un profundo eco en el inconsciente colectivo británico (sin ir más lejos, la ceremonia inaugural de los recientes Juegos Olímpicos de Londres 2012 trató el tema en su primera hora, con un montaje en el que cabría buscar ecos de la industrialización de Isengard y La Comarca). Esta temática de añoranza de la comunión con la naturaleza, personificada en unos hobbits cuya sociedad es una muy idealizada Inglaterra medieval, parece un punto de contacto bastante natural (uno de los pocos) entre el conservador Tolkien y el libertario y festivo movimiento hippie.

Pero mientras los hippies californianos disfrutaban de su edición pirata de El Señor de los Anillos inmersos en la cultura del amor libre y las drogas y la música psicodélica, en Birmingham (la obrera e industrial Birmingham, cuyo transformado paisaje Tolkien había inmortalizado como encarnación del mal al transmutarlo en Mordor) se fraguaba un nuevo sonido que era la antítesis del verano del amor. Un obrero de la siderurgia que había perdido parte de dos dedos de una mano en un accidente industrial (Tony Iommi), un descarriado que traficaba con drogas y no tenía ni el graduado escolar (Ozzy Osbourne), un bajista apodado "viejales" con fijación por el ocultismo (Geezer Butler) y el batería Bill Ward fundaron en 1968 el grupo que terminaría siendo Black Sabbath.



El sonido oscuro, ralentizado y con raíces en un blues primitivo de la encarnación original de Black Sabbath es una de las grandes influencias tempranas del heavy metal. Lejos aún de la épica (y la perfección técnica) de la época de Ronnie James Dio como vocalista, Black Sabbath suenan sucios, poco o nada refinados e incluso peligrosos. Son los marginados, los hijos descarriados de un Mordor deshumanizado e incluso cuando las letras de Geezer Butler muestran una cierta conciencia social (como en el alegato antibélico de "War Pigs" [youtube.com]) el sentimiento y la perspectiva no pueden ser más distintos de los promulgados por el "flower power". Todo ello a través de una crudeza y unas limitaciones técnicas (como el quejido casi antimusical de Ozzy o las cuerdas destensadas para adaptarse a los dedos prostéticos de Iommi) que acentúan la desesperanza y la estética doom and gloom de los considerados, no en vano, padres del doom metal entre otras corrientes musicales de escaso predicamento entre la crítica hasta hace no muchos años.

He aquí esa conexión subterránea de Black Sabbath con la obra de Tolkien (que mutaría y se haría más directa a través del gusto de Dio por la temática épico-fantástica): el doom metal del que fueron pioneros y, más adelante, algunas de las ramas del metal extremo surgidas del amplio árbol que hunde algunas de sus raíces en los riffs de Iommi y compañía son el sonido de Mordor, el de una tierra dominada por elfos corrompidos y convertidos en orcos y el grito de quienes tienen que vivir en ella (y a menudo claman por un retorno a la naturaleza, aunque esta vez de la mano de su señor oscuro). Así pues, ¿a quién puede sorprenderle que, décadas más tarde, los sucesores de Black Sabbath elijan tomar partido por Sauron y sonar como si hubieran surgido de los pozos de la arrasada e industrializada Isengard?


Bonus Track: Aquí [examiner.com], un interesante artículo que profundiza en los vínculos entre Tolkien y el metal. Para una breve pero interesante lista de 10 cosas (más o menos sorprendentes) influidas por Tolkien, este artículo de io9.com merece un vistazo y abre un abanico bastante amplio de hilos de los que tirar.

4 comentarios:

  1. Buenas,

    interesante reseña.

    Sólo quiero comentar dos aspectos. Cuando se habla de la relación Led Zeppelin-Tolkien, parece imposible olvidarse de Ramble on, que menciona directamente a Gollum...
    Por otro lado, "¿a quién puede sorprenderle que, décadas más tarde, los sucesores de Black Sabbath elijan tomar partido por Sauron y sonar como si hubieran surgido de los pozos de la arrasada e industrializada Isengard?"

    Buena parte de los grupos escandinavos más oscuros y metaleros que surgieron por los 80 y los 90 eran fascistas. Directamente.

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, la relación entre Tolkien y Led Zeppelin es amplia y fructífera y "Stairway to Heaven" es solo un ejemplo (y quizás no el más claro). Plant tuvo una época de mucha fijación con Tolkien y hay muchos detalles incluso en canciones que no están directamente inspiradas por él como "Misty Mountain Hop" (en el propio título) o "Bron-Y-Aur Stomp".

      En cuanto a los grupos escandinavos del ala más dura, es cierto que su ideología fascista es parte consustancial del movimiento en el que se inscriben (y me temo que difícilmente disociable de su música). En el artículo de The Examiner que enlazo (y en esta página que se enlaza desde allí: http://www.burzum.org/eng/library/a_burzum_story01.shtml) sí que se habla más de la conexión entre Tolkien y las ramas más oscuras del Metal (spoiler que no es un spoiler: su fascinación compartida por la mitología germánica y escandinava es un factor fundamental).

      Lo cierto es que al hablar de lso sucesores de Black Sabbath pensaba más en grupos posteriores de la onda doom y derivados en una órbita más bien anglosajona (o hispana, donde pervive una asociación bastante amplia entre el Metal y el mundo obrero y reivindicativo). El caso de los grupos nórdicos es en cierto modo opuesto, porque su fascismo surge de forma paralela a una reivindicación del retorno a la naturaleza y a lo primitivo junto con una reivindicacion del paganismo en muchos casos. Ahí habría mucho en lo que profundizar, pero no los veo como "hijos de la industrialización" sino, más bien, como una expresión extrema del interés por los tabúes de una sociedad (aparentemente) muy civilizada. En cualquier caso, lo que sin duda tienen en común es que recuperan para el Metal el carácter de expresión marginal y extrema que parece perder y recuperar periódicamente.

      Eliminar
  2. Interesante. hace poco lxs chicxs de Left Hand Rotation han publicado en papel el fanzine gratuíto "Gentrificación no es un nombre de señora", http://lefthandrotation.blogspot.pt/2013/02/publicamos-el-fanzine-gratuito.html

    J. Pedro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Tiene una pinta estupenda, muchas gracias! Irá a una futura entrada a modo de índice con fuentes interesantes sobre la gentrificación pensada para complementar el articulillo de hace unos días.

      Eliminar